martes, 1 de febrero de 2011
Biografía del Hambre de Amélie Nothomb
La "divinidad" belga
Nos hallamos ante un libro resueltamente autobiográfico que también es una apología contagiosa del apetito. La autora afirma que, aunque todo lo relatado es real, lo que diferencia de la novela de la realidad es la escritura. No obstante haber padecido anorexia durante dos años, en el relato explica su vida a través del hambre y reivindica una avidez y una glotonería en muchos registros: hambre de lenguas, de libros, de alcohol, de chocolate, ansia de belleza y de descubrimientos... Amélie Nothomb afirma que tiene <<un deseo jamás colmado>> que no parece tener fin y que la autora asedia en este relato en todas sus formas, del extasis al horror, con brío, dolor, amor, humor y lucidez, mientras se dibuja en filigrana la complicada paradoja del existir.
Cokys glotones
Este libro no necesitaría propiamente un resumen ya que habría mucho que desvelar. Así que comenzaré con un resumencillo ultra adelgazado de cómo inicia esta peculiar novela-biografía:
En 1967, más concretamente en Kobe, Japón nació una jovencita, tal parece de las pocas belgas del mundo, Amélie. Una aya japonesa adorada por ella, Nishio-san, sus padres y hermanos, eran su familia. Hija de un diplomático belga, desde corta edad se paseó por muchísimos países, de mayoría orientales que marcarían su personalidad. Situaciones extrañas, personajes inolvidables y hambres de miles de cosas serían protagonistas de las muchas situaciones, tanto dramáticas como cómicas que iniciaron en la más tierna infancia girando en un único eje central: El Hambre. Amélie, la reina del superhambre creó este término para designarse a si misma, que desde pequeña vivió las cosas más extrañas y cómicas que alguien puede vivir. Su vida transcurrió en Japón, China, Nueva York, Bangladesh y muchos lugares más hasta su desembarco en su país natal Bélgica.
El libro me atrapó con sus palabras. Comienza haciendo una analogía con Vanuatu, el país según ella, más sobrealimentado del mundo. Luego nos va contado su infancia y juventud, llena de situaciones curiosas que cuando las lees no evitas conectar con ella y reírte con las cosas que tuvo que vivir. Una en el Tampopogumi (la clase de los cardillos o los más pequeños) del Yochien:
Este libro está narrado con una frescura envidiable y unas palabras precisas y mordaces. Pude encontrarme riendo la mayoría del tiempo o con una cara de estupefacción, porque la autora sabe como sacarle gracia hasta a los momentos más duros. Una niña que vivió de una forma intensa, conociendo nuevas culturas, formas de ver el mundo y sobre todo con un aprendizaje valioso de cada experiencia por medio de su incontrolable hambre por todo lo que le rodeaba. Cada lugar del mundo desde su percepción era un lugar de regocijo o desasosiego, de diversión o de encierro. Las situaciones cómicas de su vida, su extraña psicología, sus odios y amores, y su conexión con su hermana fueron de las cosas que más disfruté a lo largo de este libro tan cortito, bien pude zamparme cien páginas más de Amélie. Cabe destacar que la autora padeció dos años de anorexia, pero debo aclarar para los escandalizados que para ella y como entendí su actitud, no era por seguir un canon de belleza, si no por otra razón que sólo comprenderás si lees el libro. Una situación de su vida realmente me impresionó y me parece de mucho coraje que ella lo mencionara en el libro, además de que lo toma con calma y serenidad, si lees el libro creo que sabrás a qué me refiero. Cada momento de su vida, sus experiencias con las culturas y personas que conoció, e incluso su experiencia estudiantil fue algo de lo más delicioso. Hambre de libros, hambre de amor, hambre de conocimiento, tantas hambres diferentes padeció Amélie en este libro y sin duda, aún le faltan más por descubrir.
La última cita:
¿Porque no cinco cokys o cuatro y medio? Algunos momentos me quedé con cara de O_o porque no comprendí algunas palabras. Aparte de algunas pocas palabras japonesas, la autora es filóloga y se da la licencia de usar algunos términos que tuve que buscar en el diccionario. Podrían sonar forzados o rebuscados, pero si te gusta el estilo de la autora, no es algo tan importante.
Pero lo más importante, el libro cumplió su cometido: Creó en mi hambre de Amélie Nothomb, así que con esta analogía se entiende que no tardará en caer en mis manos algo más de ella...
En 1967, más concretamente en Kobe, Japón nació una jovencita, tal parece de las pocas belgas del mundo, Amélie. Una aya japonesa adorada por ella, Nishio-san, sus padres y hermanos, eran su familia. Hija de un diplomático belga, desde corta edad se paseó por muchísimos países, de mayoría orientales que marcarían su personalidad. Situaciones extrañas, personajes inolvidables y hambres de miles de cosas serían protagonistas de las muchas situaciones, tanto dramáticas como cómicas que iniciaron en la más tierna infancia girando en un único eje central: El Hambre. Amélie, la reina del superhambre creó este término para designarse a si misma, que desde pequeña vivió las cosas más extrañas y cómicas que alguien puede vivir. Su vida transcurrió en Japón, China, Nueva York, Bangladesh y muchos lugares más hasta su desembarco en su país natal Bélgica.
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La Superhambre en persona
La Superhambre en persona
Amélie es una persona atípica. Acogiendo vicios raros desde niña, uno de tantos como: masticar la ropa recién lavada para saborear el jabón. Con su estatus de divinidad exigía el amor de todas las personas a su alrededor, no encajaba en el yochien o guardería para niños japoneses siendo la única extranjera en la clase. Su pasión por libros desde pequeña, por el atlas y Tintín. También ella profesaba amor desmesurado por ciertas personas, sobre todo de su hermana Juliette, la hermosura personificada y para no ser más peculiar: Su firme propósito de morir a los 12 años porque ya lo había visto, olido y comido todo. Son algunas curiosidades de la vida de esta autora nipona, que lleva sesenta y cinco novelas en su haber literario.
El libro me atrapó con sus palabras. Comienza haciendo una analogía con Vanuatu, el país según ella, más sobrealimentado del mundo. Luego nos va contado su infancia y juventud, llena de situaciones curiosas que cuando las lees no evitas conectar con ella y reírte con las cosas que tuvo que vivir. Una en el Tampopogumi (la clase de los cardillos o los más pequeños) del Yochien:
Desde el primer día, sentí una ilimitada aversión por el yochien. La tampopogumi era la antesala al ejército. Yo estaba de acuerdo en hacer la guerra, pero marcar paso de la oca, a toque de pito, obedecer las voces acompasadas de sargentos disfrazadas de maestras, estaba por debajo de mi dignidad y debería estar por debajo de la dignidad de los demás.
Este libro está narrado con una frescura envidiable y unas palabras precisas y mordaces. Pude encontrarme riendo la mayoría del tiempo o con una cara de estupefacción, porque la autora sabe como sacarle gracia hasta a los momentos más duros. Una niña que vivió de una forma intensa, conociendo nuevas culturas, formas de ver el mundo y sobre todo con un aprendizaje valioso de cada experiencia por medio de su incontrolable hambre por todo lo que le rodeaba. Cada lugar del mundo desde su percepción era un lugar de regocijo o desasosiego, de diversión o de encierro. Las situaciones cómicas de su vida, su extraña psicología, sus odios y amores, y su conexión con su hermana fueron de las cosas que más disfruté a lo largo de este libro tan cortito, bien pude zamparme cien páginas más de Amélie. Cabe destacar que la autora padeció dos años de anorexia, pero debo aclarar para los escandalizados que para ella y como entendí su actitud, no era por seguir un canon de belleza, si no por otra razón que sólo comprenderás si lees el libro. Una situación de su vida realmente me impresionó y me parece de mucho coraje que ella lo mencionara en el libro, además de que lo toma con calma y serenidad, si lees el libro creo que sabrás a qué me refiero. Cada momento de su vida, sus experiencias con las culturas y personas que conoció, e incluso su experiencia estudiantil fue algo de lo más delicioso. Hambre de libros, hambre de amor, hambre de conocimiento, tantas hambres diferentes padeció Amélie en este libro y sin duda, aún le faltan más por descubrir.La última cita:
Mi primer maestro era un patán que me pegaba patadas en el culo cuando le pedía permiso para ir al servicio. Ya no me atrevía a interrumpir la clase para pedirle permiso, por miedo a aquel castigo público.
Un día que ya no podía aguantar más, decidí hacer pipí en clase. Como el maestro estaba hablando, procedí sin abandonar mi silla. Aquello empezaba perfectamente y yo ya calculaba el éxito de la operación secreta cuando el exceso de líquido desbordó la silla y se deslizó por el suelo con el murmullo de una serpiente de agua. Aquel murmullo atrajo la atención de un chivato que exclamó:
—¡Oiga, señor, se está meando en clase!
Mortificante humillación: el pie del maestro me lanzó fuera de clase entre la carcajada general.
¿Porque no cinco cokys o cuatro y medio? Algunos momentos me quedé con cara de O_o porque no comprendí algunas palabras. Aparte de algunas pocas palabras japonesas, la autora es filóloga y se da la licencia de usar algunos términos que tuve que buscar en el diccionario. Podrían sonar forzados o rebuscados, pero si te gusta el estilo de la autora, no es algo tan importante.
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| Biografía del hambre | Biographie de la faim | Amélie Nothomb | Editorial Anagrama | 9788433970909 | Año 2006|
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Pero lo más importante, el libro cumplió su cometido: Creó en mi hambre de Amélie Nothomb, así que con esta analogía se entiende que no tardará en caer en mis manos algo más de ella...
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6 comentarios:
Yo leí este libro el año pasado, fue lo primero que leí de la autora (y, por ahora, también lo último). A mí no me gustó tanto como a ti, y quizás me resultó un poco complicado (lo leí en francés, y si dices que hay cosas que en español no se entienden, imagínate en otra lengua)...
Me gustaría leer algo más de la autora, para ver si realmente me gusta o no, porque con Biografía del hambre me quedé un poco insatisfecha.
Me encanta esta autora, me pasa igual que ti, comencé a leerla y ahora lo quiero todo, este no lo he leído aún pero no tardará en caer. Bsos
Aish... y yo por que no he leído nada de ella? pues dejame decirte que aqui hay otra persona que desea leer sobre la autora!!! voy a ver si consigo el libro! me gustan las excentricidades! se nota que ella me dara mucho de eso! gracias por la reseña!
tengo ganas de leer a esta autora,se dice maravillas de ella..pero aun no me animo,dios el trozito que has puesto¡¡es fantastico¡¡te haces una idea de como narra la propia autora¡¡
Jejeje si ya de por sí en sus biografías adultas Amélie es una persona peculiar no quiero imaginarla de pequeña. Este es uno de los que me falta por leer suyos a ver si la retomo :P
Hola, no leía desde hacía mucho a Amelie, encontrarme con la reseña que haces es de por si adentrarme en el mundo de una lectora interesante, felicito tu agudeza y tu sentido por ver en esta literatura algo estéticamente bine elaborado. Al igual que vos los libros de Amelie me han proporcionado hondas reflexiones, espero podamos compartir algo de este gusto en común, te dejo un texto que realicé sobre la autora.
http://zeuxisaudade.blogspot.com/2010/08/diccionario-de-nombres-propios.html
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