De dónde estuve este tiempo y otras cosas divertidas

Alguno de ustedes se habrán preguntado dónde me había metido casi un mes y por qué dejé el blog abandonado así de repente. Pues déjenme contarles una historia. A finales de 2017, viajé por primera vez a España y me quedé hasta febrero de 2018. Por obra de la providencia -y digamos, que, mi buena suerte-, este marzo he podido volver a España a visitar a mi familia y a mi bonito grupo de amigas ya no digitales. Esta vez toda mi familia viajó conmigo y hemos sido una tropa gigante correteando por el metro de Valencia. Han sido tres semanas que hemos aprovechado al máximo para salir, conversar y hacer cosas en familia.

También pude pasar tiempo con mis queridas chicas Caro, Julia, Sonia y he podido conocer a la preciosísima Omaira (aquí su Goodreads) luego de años de hablar por redes. No he podido ir a Barcelona a abrazar a mis queridos Isa, Mercè y Jorge, pero espero volver en un futuro cercano a visitarlos. Y nada, que caminé mucho, admiré las hermosa fallas, tiré petardos para niños (es lo más que puedo hacer no me encanta la pólvora) y me encantaron los fuegos artificiales de los días de fiesta. Ha sido un viaje muy bueno y si bien llegué muy cansada de los retrasos de los aviones y las escalas, ha sido todo ganancia.

Entre otras cosas...

Tengo ya dos libros pendientes para reseñar y lo haré pronto, mientras vuelvo a retomar el hilo con el trabajo y la vida en general. He decidido que los wrap ups del blog ya no serán mensuales, sino que prefiero que sean cuando acumule una cantidad de cinco libros leídos y tenga cositas que compartir de cada uno. Y nada, que he venido muy contenta y espero seguir con esa actitud...