The final empire (Mistborn #1)
Brandon Sanderson
9780765377135
Disponible en español
9780765377135
Disponible en español
Editorial Tor
Encuentralo en Goodreads
Leído en inglés
Nivel: Medio
Ceniza y metal
Sabía que en algún punto iba a caer y terminar leyendo la obra de este autor. No es sólo porque la mitad o más de la gente con la que comparto gustos lo ha leído y lo adora, sino porque otras personas han hablado muy bien de su obra por mucho tiempo. Entonces me llegó el día de leerlo y ya les contaré por qué es un buen libro.
En el imperio final, en la sucia y lúgubre ciudad de Luthadel, cae ceniza del cielo y la niebla acecha en las calles. Los trabajadores y la gente más pobre, llamados Skaa, son poco más que esclavos que trabajan a las órdenes de sus señores. La nobleza, dividida en muchas casas, vive del dinero, las apariencias y no les importa nada más. Por encima de todos está el Lord Legislador, una especie de dios todopoderoso que se hizo con el poder hace más de mil años y a pesar de cientos de intentos para derrocarlo, nadie lo ha logrado. Pero la magia existe en este mundo, en forma de metales y en quienes pueden usarlos. Los nacidos de la bruma (mistborn) son seres humanos que usan los metales y sus aleaciones para mejorar sus habilidades y hacer cosas asombrosas. Por eso, a pesar de todo, un nacido de la bruma ha aparecido para derrocar al Lord Legislador y está dispuesto a intentarlo.
Mi historia con la novela ha sido complicada. Creo que es una novela bien hecha, trabajada y con muy buenas ideas, pero que me costó leer al inicio y que ha tenido ciertos fallos que le han quitado un poco el brillo. La historia parte con un mundo, un sistema de magia y una ambientación muy sólida. Tenemos una especie de sociedad medieval pero que da la impresión de ser más avanzada (presumo una época entre 1600-1700 de nuestra era, pero es solo una idea) con todo un sistema económico y burocrático. Y sobre todos está el Lord Legislador y los seres llamados Obligators, que se encargan de controlar a la población. Además existen los nacidos de la bruma, reconocibles por sus capas con jirones que flotan en la niebla, que tienen habilidad sobrehumanas cuando ingieren distintos metales y los "queman". Otros llamados "mistings" (me han dicho en redes que se llaman brumosos) son personas que solo pueden quemar un determinado tipo de metal y ningún otro.
Todo esto es introducido al inicio de la novela y sus primeras doscientas páginas, cuando vamos viendo cómo se gesta la rebelión liderada por Kelsier, un nacido de la bruma que ha sobrevivido a la esclavitud del Lord Legislador y está dispuesto a todo. Da la impresión que a veces asistimos a sesiones largas de infodump y cuesta avanzar por estas páginas. Otro defecto que se relaciona con estos detalles es la narración simple y poco descriptiva del autor. A veces se avanza fácilmente, como en otros momentos puede ser bastante cargante y repetitiva. Y esto claramente desfavorece unas ideas muy buenas con un sistema original de magia, en el que se nota que el autor ha trabajado mucho y ha puesto sus mejores armas e ideas.
Otro punto de la historia son sus personajes. Creo que casi todos están bien perfilados y trabajados, aunque a veces no llegas a sentir gran conexión con ellos. La novela está escrita de forma que vas cambiando de punto de vista y esto sin duda ayuda a conocerlos mejor. En esta novela puedo asegurar sin llegar a equivocarme que el mejor es Kelsier, sin duda con el que más he conectado y para mi el más desarrollado. Vin, siendo un personaje principal, creo que me ha faltado sentir un poco más su evolución. Otros secundarios como Sazed, Elend, Breeze, Ham, Dockson y Marsh también creo que están bastante bien, aunque para mi el villano, el Lord Ruler se me ha quedado como un malo más bien plano.
Ilustración de Kelsier
El asunto con esta novela es que a pesar de sus muchos puntos positivos, como unas excelentes escenas de acción, una ambientación muy lograda, unas reflexiones sobre el poder y el gobierno bien hechas y personajes carismáticos e interesantes, no escapa de ciertos tópicos de muchos libros del género. Como que la protagonista sea pobre y marginada y luego descubra y aprenda de sus poderes con ayuda de un maestro o que sus habilidades recién descubiertas sean muy inusuales. Que veamos poco del villano o que no se profundice en él ni en sus motivaciones. Además que la narrativa sea a veces repetitiva y poco creativa y la gran falta de más personajes femeninos, que son casi inexistentes.
Todo esto son puntos negativos y positivos para una novela en general muy sólida y con una premisa tan interesante que invita a seguir leyendo. Ahora creo entender la fascinación que despierta el autor en muchos lectores y no dudo en que seguiré leyendo esta saga y el resto de sus obras.
Desde que todo queda en Vin, perdí el interés en esta saga. Que hablando claro, el fuerte de Sandy es su construcción de universo/sistemas mágicos- su prosa no es nada del otro jueves y sus personajes caen en tópicos. Y la verdad es que ahora también pienso renunciar a la saga The Stormlight Archive, su obra más ambiciosa, porque creo que ya he quemado a Sandy, que sí, tiene mucha imaginación, pero su incapacidad de crear buenos personajes femeninos me huele a chamusquina, tiene cosas pendejadas de género como cualquier otra fantasía barriobajera y veo que sus personajes no dejan de seguir el camino del endiosamiento y ser los nuevos Jesucristos salvadores del mundo. So, creo que me tomaré un break con este señor y ya veremos. Excelente reseña y gracias por compartirla ;)
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarPues justo acabo de terminar esta trilogía y me ha encantado pero es cierto que no deja de caer en algunos de los fallos que mencionas.
Vin nunca me hizo demasiada gracia y es cierto lo que comentan por aquí arriba que termina pareciendo una diosa con un poder ya exagerado que a mí no me gustó demasiado.
Merece la pena solo por los mundos que crea y creo que otros personajes sí que merecen la pena como Kelsier, Elend, Sazed o Fantasma, pero es cierto que con los personajes femeninos... buf, prácticamente no hay ninguno y encima el más importante, Vin, para mí es el que menos brilla.
En fin, la prosa no es nada del otro mundo pero eso a mí no me molestó, y en cuanto a que a veces te lo explica todo un poco como si fueras tontito pues es cierto jaja
¡besos!